lunes, 10 de agosto de 2015

Primer Movimiento - Acto III


Yu-Shan, Era de Los Sueños



Contempló su Manse, quizás por última vez. Es raro para un dios afrontar el concepto de que quizás las cosas se acaben, de que la Eternidad no estaba garantizada, de que todo podía terminar mañana.
Pero el mandato de La Compañía de los Cien era indiscutible, y así se lo habían hecho saber. Para cuando vote el
Deliberante Solar, debía abandonar El Laberinto de los Velos y partir por la puerta hacia High-Nyunda.

Sourthern Bordermarches, Año 4452

Gars se acomodó nuevamente en su gastada silla. Alguna vez esos brocados de seda ricamente decorados debieron recibir exaltados culos, pero eso fue hace mucho. Hace menos tiempo que perdieron los almohadones, también. Pero no queda otra: hoy el Viejo cuenta la Historia Sangrienta, y mejor sentado que de pié.


Frontera del Coto de Caza Pacharenai, Año 762 de la Usurpación

La pesadilla vuelve, como siempre.
Su consorte muriendo en una flama pálida, cegadora, sus manos cubiertas de sangre, sus enemigos triunfantes pero diezmados, sus armas rotas.
Sus hijos masacrados.
Ella huyendo por consejo de Luna.
No mucho tiempo después, los enemigos de su Consorte le dan caza y muerte. Casi no ofreció resistencia: Su corazón quedó en ese lugar, en ese momento, tiempo atrás.
Despierta, agitada. Su tribu se inquieta. Les hace saber quién manda.

Chiaroscuro, RY 768, Aire Ascendente, Día 2

La lluvia se olía en el aire. Por fin, las estaciones de acarrear baldes habían quedado atrás y por un par de meses los Dioses iban a regar su huerta por él.
Decidió no despertar a su familia, disfrutando un par de minutos contemplando el horizonte.
Entonces vio en el horizonte una nube de tierra.
Desde el abuelo de su abuelo, las nubes de tierra en la ruta al Sur Profundo sólo significaban una cosa: Jinetes galopando. Y sólo traían una cosa: Guerra.

Yu-Shan, Era de Los Sueños

Interdicción, ciertamente no el peor de los destinos posibles. No importaron sus servicios, nadie oyó su historia, sus acompañantes quedaron en silencio.
Su verdad se perdió en una maraña de mentiras, omisiones y burocracia.

Sourthern Bordermarches, Año 4452

El Mandato del Cielo decreta que nuestros ancestros deben marchar.
Hacia el Sur Profundo, territorio de los Raksha de fuego.
Preparamos las airships, llegan los Lawgivers, sus Consortes, Visires y séquitos.
Y en gloriosa procesión partimos.

Frontera del Coto de Caza Pacharenai, Año 762 de la Usurpación

Otro sueño. El amanecer parece más brillante después de muchos, muchos años.Luna tiene un tinte dorado esta noche. Sueña con otros tiempos, cuando la Creación era más grande, la vida más gloriosa, los límites inexistentes. Por supuesto,sobre el final, también los días podían ser más terribles, la crueldad más extendida, la decadencia generalizada.

Y sus hijos. Oh, sus primeros hijos…

Chiaroscuro, RY 768, Aire Ascendente, Día 2
Malditos sean sus ojos, su simiente y su familia.
Malditos los dioses, que nos enviaron sus 
Elegidos a liberarnos de nuestras cadenas, pero se cobraron con la sangre de nuestros hijos.
Malditos los Hermanos del Puño de Vidrio Verde que los enfurecieron.
Malditos los esclavistas que nos arrancaron de nuestra tierra. Maldita la tribu que nos esclavizó.
Malditos...

Yu-Shan, Era de la Ira
Muchos turnos de los Juegos más tarde, alguien olvidó su castigo. Tambaleándose tomó su panoplia, dos o tres cristales de Ambrosía, y caminó hacia la puerta.
Rápidamente comprendió el porqué: Una aurora roja teñía el cielo dónde deberían sucederse los ganadores de los juegos.
Sangre en los canales de mercurio.
Fuego en el Horizonte.
Y un llanto, un aullido desgarrador que venía de las villas en llamas, de los palacios de los Lawgivers bajo asedio, y de Ignes Divine mismo.

Sourthern Bordermarches, Año 4452
La traición cruza el cielo como un cometa malsano. En la noche cuchillos se alzan contra la Progenie Dorada. Los Lawgivers tratan de volver en medio del caos.
Cae la Glorioso Destino del Alba cae. Comienza nuestro exilio.

Frontera del Coto de Caza Pacharenai, Año 762 de la Usurpación
El aire está raro. Huele a presagios. Él ha vuelto. O Ella. Lo sabe. La revelación le golpeó la boca del estómago. Dejó ir su presa. Cayó sin decir palabra. Tomó su forma,y salió corriendo.

Chiaroscuro, RY 768, Aire Ascendente, Día 3
En un discreto segundo piso, de uno de los menos conspicuos y desaforados burdeles de la Ciudad Vieja, cinco personas bien vestidas, haciendo esfuerzos notables por no resaltar, discutían intensa, educada y ásperamente las noticias del día.
Los escanciadores, y los jóvenes de ambos sexos que entretenían al cónclave hicieron un prudente mutis cuando abordaron el tema de la rebelión de esclavos, y directamente los dejaron solos cuando comenzaron a tratar la cuestión de un estandarte (más bien un trapo )negro con un pavo real dorado (que en realidad era blanco o amarillo, dependiendo de los recursos con los que cuenten los esclavos) que se había convertido en símbolo de un, si no se lo ahogaba ahora, potencial alzamiento de esclavos.

Yu-Shan, Era de la Ira

Debo partir. Las Hordas Aullantes marchan sobre lo que queda de la Creación. No se cuanta diferencia puede hacer mi Estandarte pero debo tratar. Al menos, debo probar.
Por la Pluma, por el Pergamino, por el Canto, debo intentarlo.

Sourthern Bordermarches, Año 4452
Me duermo en medio del relato de la Tercera Edad del Exilio. La noche de guardia había sido dura. Un par de golpes suaves en el cuello, del lado expuesto, me despiertan: Alguien dió la alarma de intrusos, y mi relevo de líder de guardia jamás apareció anoche, así que todavía soy yo. Me acomodo mi armadura, apenas aflojada desde anoche, y salgo a ver quién está a las puertas.

Frontera del Coto de Caza Pacharenai, Año 762 de la Usurpación
Entre las arenas, cerca del Pueblo del Coloso lo vio, pasando el Cementerio de las Máquinas. Oh, el odio, la pasión, los recuerdos. Todo eso explotando en el pecho.
Las cosas que quería decir, las deudas que debía cobrar, las palabras que no podían salir…

Chiaroscuro, RY 768, Aire Ascendente, Día 5

Sí, estuvo ahí. Vio los hilos del destino retorciéndose a su paso. Sabía que el grupo de Solares con el que andaba iba a dejar marcas,algunas minúsculas, otras ardiendo como una marca a fuego en el Sino de la Ciudad. Estaba segura.
Pero...¿dónde estaban ahora?
¿Por qué todas sus solicitudes tropezaban con obstáculos burocráticos?
¿Quién los estaba ocultando?

domingo, 24 de mayo de 2015

Primer Movimiento - Acto II

Calibración, día 5

Miró, la vista cansada, la piel húmeda por el calor, los labios sedientos por el vino deleznable de las provincias, las mejillas cuarteadas por la sal de su viaje y el puerto, por encima de su palco, y los vió.
Nada impresionante, sus adversarios. Dos albinos, un ribereño con ropas más caras de las que valía,acaso una compatriota rapada, una mujer de Varang.
Sin esperar a que la ceremonia termine, porque para eso estaba su prima, se alejó.
Nada que valga la pena quedarse.

Están aquí, dijo.
Finalmente, después de tantos años, la promesa se cumple. La nueva era de luz estaba cerca.
Los Brillantes están aquí.

Justamente hoy, que tenía planes, un par de carreras interesantes, y, obviamente, visitas de algún debilucho que caga jade del reino, un asesino.
Lo iban a escuchar. No puede ser que no le manden un solo teniente que sirva para algo, y encima, en uno de los edificios del Khanato.
Inútiles, estaba rodeado de inútiles, pensó, mientras vociferaba, acercándose a la base del edificio con la patrulla de relevo, que temblaba ante la presencia de un aziderat, y no un simple sargento, entre sus filas.

Corrió, como nunca en su vida, mientras dejaba atrás su puesto de ventas con las magras chucherías que había obtenido en su última, y dantesca, expedición a una vieja torre que se suponía maldita, cerca del lago dorado.
Toda su vida había querido ver algo así. Se había quemado la vista aprendiendo dialectos olvidados de Antiguo Reino, buscando altares olvidados a Vanileth, soñando con los antiguos artilugios de una época terrible de reyes demonio que habían robado el poder al sol y las estrellas.
Y finalmente lo vio.
Una línea de bronces, naranjas, corales y amarillos hendía el cielo límpido hacia el sur.
Una alfombra ardía con llamas que no la quemaban, de colores imposibles, mientras que un...¿Anathema?¿Faerie? miraba en su cúspide.
Tomó su destartalado aparato que le permitía ver a lo lejos, su más preciado tesoro, y lo apuntó hacia la alfombra.
Alcanzó a distinguir cinco pequeñas flamas danzando alrededor de un hombre que brillaba en tonos de dorado, y, a un gesto de comando, salir disparadas hacia...hacia un grupo de infortunados, en el suelo.No escuchaba los gritos de horror de la gente, los vítores de los niños, la turba que clamaba contra la subversión del orden natural, al grito de 'fae' y  'anathema'. Sólo cayo de rodillas, llorando como un niño. Lo encontraron a la noche siguiente, sin vida, y con una sonrisa eterna en sus labios.

La vida de vida de Mae Yuest, después de enterrar a su tercer marido había ido mal. Sus hijos y sobrinos estaban acomodados, lejos de ella, y si bien no necesitaba mucho para vivir de su huerto, mucha gente dependía de ella, el dinero era escaso, y las compras complicadas.
Pero todo eso quedó en el olvido. Los sei...cinco extranjeros fueron muy generosos. Demasiado, diría. No importaba. Mae era cuidadosa, tranquila, y paciente.
Esperaría que pase el tumulto. Tranquila, como el agua del arroyuelo cerca de su huerta,ya sabría que hacer con la pequeña fortuna que le había caído del cielo.

Por fin su hermano estaría orgulloso de él. No más mendigar comida,se acabó correr a lo largo de calles húmedas levantando apuestas. Se había convertido en un joven robusto, fuerte, y con un buen ojo para detectar problemas. Su tío le dijo que tendría un buen lugar con sus asociados en la Hermandad,y antes de fin de mes estaba en la puerta de un almacén cercano a su casa.
Su instinto le dijo que un albino cruzando la calle decididamente hacia donde estaban era algo malo.
Debería haberles hecho caso.

No lo encontraba, a pesar de que dijeron que la iban a ayudar. Un almacén de los hermnos había ardido, una parte de Nueva Chiaroscuro retumbaba con el tumulto, se oían gritos en las calles.
Y su hijo no aparecía.
Más tarde, uno de los sobrinos de Mae Yuest le trajo las noticias.
No tenía lengua para lamentarse, no tenía lágrimas para llorar.

domingo, 17 de mayo de 2015

Intermezzo - De cadenas y jade

No basta con ser bueno. No basta con ser discreto. Además, Nogol era inteligente, sabía cuando callar, y cuando darse cuenta que su material de trabajo ya no era una persona sino una cosa.
Oh, los días que había pasado saliendo aullante, a boqueadas, a brazadas rotas y desesperadas de las ciénagas de sus pesadillas, cuando era un aprendiz.
Afortunadamente, esos días oscuros quedaron atrás, unos años después de haber terminado su entrenamiento, y afortunadamente antes de casarse.
Si bien no tenía secretos con su mujer, ahorrarle algunos cuantos detalles de su trabajo constituían uno de los secretos de una familia próspera, feliz, y tranquila.
No amaba lo que hacía. Esperaba que ninguno de sus hijos siguiese sus pasos. Pero era bueno, le daba un buen pasar a los suyos, y era algo que siempre iba a ser necesario, sin importar quien gobierne, cómo vayan las cosechas o los caprichos de los dioses.
Miró el cuerpo moteado de blanco y negro, se decidió por tratar de hacerlo lo más rápido posible (iba a tomarse esa libertad. Que le dijesen que tenía que dejar todo como quedase luego de averiguar lo que necesitaba ya lo molestaba. No iba a causar sufrimiento innecesario), suspiró, y, mientras comenzaba a recitar un viejo, el único, poema que sabía para ignorar los gritos, comenzó a trabajar.

domingo, 19 de abril de 2015

Primer Movimiento - Acto I


Calibración, Día II

Te digo que esta gente de Gem son medio raras. Y viste al que acompaña al Príncipe Bárbaro? Albino como el...además, uno de los acompañantes estaban pidiendo un establo...gente rara, muy rara...
Vamos, Derrina, si no tenemos las habitaciones limpias, el mayordomo se va a enojar...

Premen Meredeen, capitán del Dragón Afortunado XXIII, no estaba cómodo con pasajeros a bordo, y menos aún si eran de la Orden Inmaculada.Pero le habían pagado bien, se lo habían pedido como favor personal, y uno no llega a donde estaba él sin darse cuenta cuándo conviene cerrar la boca.
Al ver los Ojos de Chiaroscuro en el horizonte, llamó al Contramaestre.
- 'Avísale que estamos llegando'

Te digo que era de hierro con vetas de lava. Y cuando caminaba dejaba pisadas ardientes que luego de un rato se evaporaba en minutos, convirtiendose en mariposas de humo y chispas.
Y llevaba una cota de malla de humo y ceniza.
Sí, se encerraron en una pieza con el Príncipe Bárbaro ese...
Que no, no estuve bebiendo en mi turno, en serio....

Calibración, Día III


Nunca se ocupaba esa oficina. En general, o bien estaba vacía, o bien servía de sala de reuniones cuando había mucha gente en las oficinas más usadas cercanas.Pero hoy era distinto. Desde ayer, un grupo de funcionarios que pocas veces se veían juntos ocupan, entre otras, esa dependencia, perturbando el otrora silencioso pero ebullente de actividad, aire de la Atemorizante Morada de la Hiedra, con pedidos y movimientos extraños.
´Traigan duraznos celestes y ambrosía, los visitantes ya vienen´, dijo uno de ellos.

Nunca tendrían que haber abandonado Alom Vilag repetía su padre hasta morir por la mala bebida de los arrabales de la Nueva Chiaroscuro. Su madre tampoco decía mucho más, demasiado ocupada con cuatro hermanos más  y su anciano abuelo. Dalgan aprendió a valerse por su cuenta casi después de aprender a hablar, y determinación para sacar a su familia de ese agujero casi antes de que tuvieran que vender como esclava a su hermana. Medio dinar por espiar a dos albinos, un Djala y un ribereño? Por supuesto!

Los tiempos tumultuosos siempre so buenos para los vendedores de armas. Basta que la gente hable de guerra, para que suban los precios. Es suficiente que se mencione que hay saqueos, para vender más espadas. Con que la gente hable de que hay ejércitos moviéndose, los arcos se acaban antes.
Pero...sesenta puntas de flecha de hierro frío? Esto es algo que Abuela Brillante puede querer saber...

Años de entrenamiento duro. Atender al sifu hasta en cada nimio detalle. Soportar a los alumnos aventajados, o favoritos del maestro, por su familia o por su dinero, burlarse con escarnio de su técnica, desarrollada con esfuerzo, por su pobre visión. No le importaba. Si algo le sobraba a Un Ojo, era voluntad.
Y entonces, la vió. Se movía con la gracia del agua que corre durante las tormentas formando arroyos los que nada puede detener, con la velocidad del relámpago que surca las nubes de tormenta, con el ardor de las hogueras de los embarcaderos tierra adentro, con la fuerza de los volcanes del sur. En un movimiento rápido, desarmó a un ladrón.
Su sifu palideció en comparación, como un Yddim viejo comparado con una gacela de las sabanas de su lejano hogar en Harborhead.
Tenía que conocer a esa mujer, debía poder ser su estudiante.

Sí. Libre. No más el yugo del Ojo Ciego en la Oscuridad. No más los gritos en la noche, las ´visitas´ de los sacerdotes que consumaban el Sagrado Matrimonio en los día fijados, lo quisiera ella o no. No más el hedor de la sangre, no más vivir llorando, soñar muriendo, respirar temiendo.
No más.
Los adoquines bajo sus pies cambiaron a vidrio astillado, y luego a vidrio, a medida que corría de los arrabales a una de las Carreteras hacia el sur profundo. La libertad estaba ahí, podía tocarla, al precio de dos dinares para comprar pasaje en una caravana del Gremio.
Hasta que nota que se siente débil.
Cansada.
Somnolienta.
Y nota el dardo en la cara externa de su muslo derecho.
Y se hunde en la oscuridad.

Esto no estaba nada bien.Primero, una oscura Sideral de la que nunca escuchó hablar tiene que recibir un reajuste de Salario porque se le ocurre a alguien. Y ahora Nara-O debe pagar por copias de la biblioteca y un Cuentahistorias.
Indignante, pensó la Cuarta Hermana de Almardeng mientras contoneaba sus caderas en una caminata furiosa hacia su escritorio.

Calibración, Día IV

A Marna-Dil no le importaba que les hayan pedido que se fueran, ni que los rumores dijeran que eran demonios crueles, que robaron su poder de los cielos. No creía a los que decía que dos de ellos comían personas, ni que uno de ellos era un Dragon Blooded, como los que negociaron su tribu por un pedazo de papel.
No importaba. Con lágrimas en los ojos, pero con esperanza en su corazón, corrió a buscarlos a su torre en la Ciudad Vieja.
Sabía que encontrarían al amigo de su hijo, desaparecido hace dos días.
Si ellos no podían, ni los Dioses podían.

lunes, 30 de marzo de 2015

Obertura

767 RY, Fuego Descendente, Día 23

En un oscuro pueblo de Alom-Vilag, cae la noche alrededor de una villa desusadamente grande para estar tan lejos de una ciudad más grande.
Rodeados de alfombras que valen los impuestos anuales de más de una aldea de campesinos, oro y jade como para comprar una ciudad, perfumados por el incienso traído de dos tercios de Creación hacia el oeste, los tres hombres vestidos con seda que, literalmente, fue tejida con lágrimas de doncellas viendo su vida arrancada minuto a minuto, se miraron, y asintieron.
El asunto era propicio y debía hacerse.
- Traigan a un mensajero. Uno rápido y discreto.


Día 24

La carreta era pesada, lenta e incómoda. Y con barrotes. Y olía mal. Marna-Dil acunaba a su hija. Le cantaba de su tierra, de sus ancestros, de los fuegos sin flama, de las colinas rosadas a la luz del atardecer. Desesperada, inventaba historias.
Cualquier cosa para que la pequeña no pensara que estaban en un convoy de esclavistas. Y, que por los pedacitos de conversación que escuchaba de los mercenarios que los custodiaban, eran el pago de algo a alguien. O a Dinastas...o peor.
A los demonios del Campamento de la Rosa de Cobre, los Devoradores de Aliento, los Robasueños.


Día 26

Los iba siguiendo desde hace tres días. No resaltaban entre la multitud, eran discretos, usaban ropa raída, pero siempre cubriéndoles el rostro: Velos, capuchas, sombreros de ala ancha. Nada que resalte entre la gente que vivía en los barrios al sur de la Ciudad Nueva, yendo y viniendo hacia las rutas que van al desierto profundo.
Los reconocía en sus saludos, en sus gestos, en su habla susurrada. Los seguidores del Ojo Ciego en la Oscuridad. Ya eran viejos conocidos, aunque es la primera vez que los seguía hasta tan al norte hasta Chiaroscuro. Se rumoreaba que un Anathema los mantenía a raya por estos lugares, pero estos eran suyos.
Ningún otro niño va a ser desangrado.


Día 27

Címbalos, flautas, gritos de agonía, notas tejidas con la cadencia de las pesadillas , el ritmo de los sueños de los niños que nunca tuvieron miedo y del dolor joven de verlos arrancados de raíz.
Una mujer con rasgos de pantera y un gigante de bronce discuten acaloradamente, mientras sueños, imágenes y ejércitos enteros se levantan al ritmo de sus palabras para chocar en estallidos multicolores y cacofónicos.
La reina de todo ello languidecía en su pabellón tejido con suspiros de madres al descubrir que sus hijos se fueron con hebras de atardeceres perdidos.
Hasta que un pequeño basilisco con todos los colores de las gemas resplandecientes al mediodía le susurró: 'Quieren negociar, Señora. Dos carretas de jóvenes. Mañana, en la Puerta del Eterno Rencor'.

Día 28

Siempre es duro el trabajo al sol.
Más duro es la vida de esclavo, sin embargo.
Jagar trabajaba sin quejarse, sin un suspiro, sin inmutarse, sin hacer caso de los rumores de Anathemas en la ciudad.
El había conocido el aguijón del látigo del Amo, el vacío en el pecho de ver su familia desgarrada, el peso de las cadenas al cuello.
Todo eso se acabó en Chiaroscuro.
Armó su puesto de pinchos de comida (algunas, de 'carne') mientras contemplaba admirado las torres de la Ciudad Vieja. Jamás había estado en esta parte de la metrópoli.
Bueno, se dijo a sí mismo. Hoy es el Duelo por el cumpleaños de uno de los nietos del Tri-Khan. A ver que tal es ese Príncipe Bárbaro de la Flama Pálida...


Una pena el gris. Hariquina siempre le había parecido la más hermosa de las hijas de Bilshek. Claro, el sólo podía soñar con ella, el ni siquiera era sobrino de un Kho-Khan. Aunque era fuerte, rápido y diestro. Tanto como para estar entre los Jaghun de la Banda de Bilshek, la guardia del Tri Kan. Y cerca de ella.
Aunque sólo sea para entregarle un regalo del lejano norte. Pesado y grande, por cierto. Como un firewand.
Mientras se preguntaba que sería, el aguerrido Delzahn tuvo que detenerse un minuto a recobrar la compostura antes de presentarse ante su superior, y también, la mujer que amaba, por más que ella haya elegido no serlo.
Lástima el gris.


Siempre tarde, siempre.
Nunca a tiempo de salvar a nadie. Siempre le traían los moribundos, los incurables, o directamente, los muertos...

Mientras examinaba el cuerpo del decrépito embajador de Gem, el anciano médico se maravillaba de que alguien de esa posición estuviese comiendo uno de esos brochettes de 'carne'.
Aún así, estaba claramente muerto por veneno. Serpiente dorada, o a lo mejor acónito de las arenas, no lo sabía.
Tampoco importaba. Iba a tener que inventar algo muy rápido: Gem no se iba a tomar bien que se envenene a uno de sus nobles en medio de una fiesta del Tri Khan.
Jamás a tiempo...


Arrullos nerviosos, abrazos entre brazos que tiemblan de miedo, colchas encima de la cabeza a pesar del tórrido final del verano.
Rumores de demonios en los campos, gritos de miedo.
Pilares de luz robada de los cielos, Anathemas en el horizonte, Dragones Inmaculados marchando para detener a los Impíos.
Todo va a estar bien, canta la madre, mientras trata de olvidar los pilares de luz en el horizonte...

Calibración, Día I.

Ya no importaban las leyendas. No importa la tierra lejana, no importan los horrores que pasó su familia.
Sólo recuerda que, aun con luz robada de los cielos, alguien se interpuso entre los Robasueños y ellos. Alguien los liberó.
No importaba si eran o no Anathemas, Impíos o Demonios que se hicieron con el poder de los dioses. Los salvaron.
Marna-Dil encaminó sus pasos tras los caballos y la carreta que llevaba al que se sacrificó por ellos (o eso creía. Esa parte la recordaba poco), hacia Chiaroscuro.
Ya no estaban solos.